CLIFF BURTON. 10 de febrero de 1962. Nació un icono que se convirtió en mito!
Cliff Burton tuvo la desgracia de formar parte de Metallica durante pocos años, pero se construyó una reputación enorme como uno de los mejores bajistas del metal.
Nacido el 10 de febrero de 1962 fue algo así como una especie de anomalía en la escena del thrash metal. Nunca llegó a tener esa actitud de estrella del Rock. Siempre llevaba pantalones de campana mientras el resto de contemporáneos preferían los negros de pitillo y actuaba en escena como un guitarrista más. Pero desgraciadamente un 27 de septiembre de 1986 perdía la vida en Suecia con tan solo 24 años.
Cliff empezó igual que James a relacionarse con la música a través del piano desde corta edad y fue con 13 años cuando empezó a tocar el bajo después de la muerte de su hermano mayor Scott. Ese día Cliff les dijo a sus padres “voy a ser mejor bajista que mi hermano”. A partir de esa rotunda afirmación se puso a practicar con las cuatro cuerdas durante al menos 6h al día, e incluso ya estando en Metallica seguía con esa férrea costumbre. Geezer Butler, Phil Lynott y Lemmy fueron sus referencias instrumentales pero por encima de todos ellos Lemmy fue su verdadero maestro en parte por la distorsión que utilizaba.
A pesar de ser el gran icono del Thrash Metal, Burton amaba bandas como REM, PETER GABRIEL, YES o THE POLICE y en especial la música clásica de BACH.
Su primera gran aportación a METALLICA fue justo en el primer disco sin haber escuchado nadie ni una nota. Originalmente el primer disco se iba a llamar METAL UP YOUR ASS con un cuchillo saliendo por un inodoro. Algo que a la discográfica horrorizo y provocó que Burton se enfadara y pronunciara la frase mágica de “KILL' EM ALL” –Matadlos a todos- en referencia a los ejecutivos de la discográfica.
A partir de ahí Burton firmó muchísimas composiciones épicas de Metallica, pero para él siempre fue Master Of Puppets el tema perfecto de la banda. Su último concierto fue en Solnahallen Arena de Estocolmo el 26 de septiembre de 1986 y en el trayecto hacia Copenhague el autobús que usaban para la gira se accidentó.
Ese día alguien más que Metallica perdió un auténtico espécimen musical único e irremplazable. El thrash metal ni Metallica sonaron igual jamás.