STEELEDGE GUITARS. UN PARAISO GUITARRÍSTICO EN ESPAÑA

Posiblemente Ricardo tenga una de las colecciones más increíbles de guitarra a nivel mundial. Media vida rebuscando como hobby en el mundo de las guitarras hasta profesionalizarlo. Esto es lo que nos cuenta sobre su afición convertida en STEELEDGE GUITARS.

¿Cómo una persona con cierta comodidad laboral un día se levanta y decide dar un portazo y lanzarse por la ventana al mundo de la guitarra?

Porque no era feliz. Tan simple como eso. No es ningún secreto que he dedicado toda mi vida profesional a la banca, una carrera de veinte años como director en varios bancos… pero no era feliz, la banca ha cambiado y yo no quería pasar toda mi vida profesional haciendo algo que ya no me motivaba, necesito desafíos. Cuando solo trabajas por dinero, llega un punto que no compensa. Quería monta un proyecto propio, construir algo desde cero, trabajar para mí y no para otros, volver a disfrutar trabajando. Y de ahí es de donde nace la idea de SteelEdge Guitars como proyecto empresarial.

Mi pasión desde niño han sido las guitarras, pasión que he desarrollado como hobby en los últimos 30 años. Siempre he tenido espíritu emprendedor, lo he mamado desde pequeño, mi padre también montó su propio proyecto empresarial en su día dejando un buen trabajo como directivo, y para mí ha sido un ejemplo. Vi una oportunidad de negocio en el sector de guitarras “Premium” o de gama alta donde podía aplicar mi experiencia profesional de asesoramiento en inversiones mezclándolo con mi conocimiento sobre guitarras y mi posición como coleccionista, así que decidí seguir el consejo de “Elige un trabajo que te guste y no tendrás que trabajar ni un día de tu vida”.

Es un paso importante, y da algo de vértigo, no lo voy a negar. Dejas un trabajo fijo bien remunerado y con una buena posición social, asumes riesgos, sales de tu zona de confort, tienes una familia y responsabilidades…. Pero solo se vive una vez, y creo que hay que luchar por ser feliz, mucha gente confunde dinero con felicidad. El dinero en si es un medio, no un fin. Yo me he dado cuenta de que mi felicidad no depende tanto del dinero, sino de hacer cosas que me hagan feliz. De levantarte por las mañanas con la ilusión de hacer algo que te apasione, disfrutando con el trabajo y construyendo algo propio, y no contando las horas para que llegue el fin de semana o contando los días hasta las vacaciones.

¿Cuándo fue la primera vez que tuviste consciencia que las guitarras eran algo que te llamaba mucho la atención? Vamos, cuando fue tu primer contacto visual, emocional o físico con el instrumento en si.

Ese momento si lo tengo claro, fue cuando vi la película “Regreso Al Futuro” con unos 8 años. La escena mítica de Marty McFly tocando “Johnny B. Goode” en el baile de graduación me impacto mucho, tanto musical como estéticamente. De ahí, a conocer a Chuck Berry, el rock clásico, el hard rock…. Me volvía loco la música, desde muy pequeño. Cuando poco después vi también la película “Cruce de Caminos”, donde salía Steve Vai como guitarrista del diablo, también me impactó mucho. Ahí sí que ya tengo claro que me encantan las guitarras eléctricas, y sueño con tener una para emular a mis héroes, ser guitarrista. De ahí, a descubrir a Steve Vai, Satriani, grupos como Europe que entonces sonaban en los 40 Principales, y de ahí a Guns ´N Roses, Metallica, Van Halen. Sobre todo, gracias a mi tío, 12 años mayor que yo y que me permitía acceder, a través de su colección, a un universo de música apasionante.

Y ¿Cuándo te diste cuenta que aquella pasión se te había ido de las manos hacia la profesionalización alrededor de la guitarra?

Para mí, el tema del coleccionismo de guitarras era un hobby, pero con los años la colección va creciendo, cada vez vas adquiriendo mejores piezas y de más valor, haciendo contactos en el mundillo, subiendo de nivel, lo que a su vez te hace que puedas acceder a guitarras más exclusivas. Así fue como se creó la colección SteelEdge Guitars.

También te das cuenta de que tras tantos años comprando, con el tiempo, tienes un dinero ahí metido. Yo lo consideraba como un “plan de jubilación”, realmente cuando ahorraba un dinero, acababa comprando alguna guitarra, era una manera de disfrutar ese dinero sin “gastarlo”, porque veía que las guitarras realmente buenas, especiales, series limitadas, vintage, etc, con el tiempo no solo no perdían valor, sino que se van revalorizando, como cualquier activo sobre el que hay demanda y la oferta es limitada.

Observé que amigos coleccionistas de varios países, a los que conozco desde hace muchos años por dicho hobby, se dedicaban profesionalmente a vender guitarras como artículos de colección. Con mi experiencia profesional en el mundo del asesoramiento financiero en inversiones, banca privada, etc observo que ese mercado se va pareciendo mucho al de inversión en “assets”, como obras de arte o artículos de colección.

Ahí veo una oportunidad de negocio en un nicho de mercado muy concreto, que exige como digo un conocimiento de mercado exhaustivo, conocimiento muy profundo del producto, una red de contactos que permite acceder a este tipo de guitarras, así como de potenciales clientes que están interesados en un producto tan especializado. Todo eso ya lo tenía gracias a mi actividad como coleccionista durante los últimos 25 años, además de una colección que no me haría partir de cero stock en el negocio, con lo que se me presentaba una oportunidad única. SteelEdge Guitars es, humildemente, una colección conocida a nivel internacional, hemos hecho exposiciones, aparecemos en libros de referencia del coleccionismo de guitarras, colaboraciones con museos, artistas de primera talla internacional, webs de guitarras que son referencia internacional…

Es entonces cuando veo clara la posibilidad de mezclar mi experiencia profesional en asesoramiento en inversiones adquirida en veinte años de vida profesional en la banca con ese conocimiento derivado de mi pasión como coleccionista sobre el mercado de guitarras eléctricas no solo como instrumento, u objeto de colección, sino como “activos” o “elementos de inversión”. Mi idea de negocio no es solo “vender guitarras”, es ofrecer a mis clientes potenciales aquellas guitarras que considero las mejores y a las que no todo el mundo puede acceder, un producto PREMIUM, que son muy difíciles de conseguir y que tienen un potencial de revalorización en el futuro, todo ello con la seguridad de estar adquiriendo esos instrumentos a una fuente de total confianza.

Centrémonos en el proceso. ¿Qué ha de tener una guitarra para que la consideres digna de tu colección?

Una guitarra que esté en la colección SteelEdge Guitars, o en general una guitarra que yo considero PREMIUM, que representan una buena oportunidad de inversión por sus características y potencial de revalorización y que yo compraría u ofrecería a mis clientes potenciales, ha de ser una guitarra muy buscada en el mundillo, apreciada como instrumento, con demanda alta y difícil de conseguir, ser muy exclusiva o que no haya muchas unidades a la venta y que tenga un origen, historia o “provenance” como solemos decir que la transformen en una pieza muy codiciada o de alta demanda.

Básicamente, me especializo en dos segmentos del coleccionismo:

– Series muy limitadas y numeradas “signature”, réplicas idénticas de guitarras icónicas de artistas muy famosos de la historia del rock, a veces firmadas y tocadas por los mismos artistas que grandes marcas como Gibson, Fender, etc, lanzan al mercado como artículos de coleccionismo, y que son muy difíciles de conseguir. La réplica oficial de la Gibson SG de Angus Young firmada, o de la Gibson Les Paul de Slash que usaba en las giras también firmada, réplicas oficiales de guitarras famosas de Mark Knopfler, David Gilmour, Van Halen, Jimi Hendrix, Andy Summers.

Ahí también metería guitarras que han sido propiedad de guitarristas famosos, que han utilizado profesionalmente en su carrera, han aparecido en videos musicales, grabado discos con ellas, etc.  Guitarras de artistas como George Lynch (Dokken), John Norum (Europe), Richie Sambora (Bon Jovi)…. El problema de conseguir estas guitarras es que primero hay que tener los contactos para acceder a ellas y luego, el dinero. Por algunas se pagan cifras astronómicas a las que no puedo ni acercarme, pero gracias a contactos con artistas, gente del show business, otros coleccionistas, etc me he podido hacer con guitarras que para mí sería imposible de conseguir solo con dinero.

– Guitarras antiguas que se denominan “Vintage”, modelos muy representativos y buscados de los años 50 a los 70 principalmente, de las marcas más famosas. Es posible entrar en este mercado con guitarras desde unos 5000/8000€, dependiendo del modelo y el año, hasta llegar a cantidades prohibitivas, como los 300.000€ que puede costar una Gibson Les Paul “Burst” de 1959. Este es un mercado muy sólido, actualmente en auge y cuyos precios llevan subiendo consistentemente desde hace muchísimos años. La demanda es alta, cada vez más gente busca este tipo de guitarras tanto por sus características como instrumento como por su potencial de revalorización, y la oferta es muy limitada y cada vez menor, ya que solo existen X unidades fabricadas de tal modelo en cada año, y cada vez se ven menos a la venta, ya sea porque se deterioran y se pierden o porque quien tiene una sabe que es una buena inversión y no las venden salvo necesidad.

Hablando de colección, ¿Cuántas tienes actualmente y cuantas han podido pasar por ella?

Mmmm…. ¿esto lo puede leer mi mujer?…..

Jajaja, es broma, los guitarristas y coleccionistas solemos hacer muchos chistes con el tema de las mujeres y su permisividad para darnos caprichos en guitarras. Mi mujer de hecho siempre ha sido muy comprensiva con mi hobby, ya me conoció con esta pasión. De hecho, ella ha sido la que en última instancia me ha apoyado muchísimo en dar el salto profesional a este mundillo.

Sinceramente, no sé el número exacto, aunque en casa realmente solo tengo las guitarras de toda la vida con las que suelo tocar, muchas de ellas no las consideraría “de colección”, son solo instrumentos que toco y disfruto como tales, o que tienen cierto valor sentimental para mí, pero que no son de gran valor o una inversión.

Evidentemente, las que si son de colección o considero que son una inversión, no las tengo en casa, por espacio y por seguridad, algunas están cedidas como parte de alguna exposición en museos, y la mayoría guardadas en un local con las medidas de seguridad y conservación necesarias para este tipo de instrumentos (humedad y temperatura controlada, vigilancia 24h, etc).

Y si no sé cuantas tengo, imagínate saber cuantas han pasado…. Ni idea, de verdad, tampoco suelo vender, como coleccionista he sido más bien comprador…. Cuando vas avanzando y haciendo la colección, siempre sacrificabas alguna que te gustaba mucho, a veces aun perdiendo dinero, para poder conseguir aquella otra que mejoraba la colección y que tanto querías, han sido muchos años y muchas guitarras. Algunas incluso las he vendido, me he arrepentido, y al tiempo la he vuelto a recomprar a la misma persona que se la vendí.

 Evidentemente, detrás de esta obsesión existe esa cierta parte de negocio con cierto toque de romanticismo. ¿supongo que será tan rentable como algunas veces doloroso por desprenderte de piezas realmente importantes para ti?

Es cierto que, sobre todo en los últimos años, se ha creado cierto negocio alrededor del coleccionismo de guitarras que antes, al menos en España y gran parte de Europa, no existía, pero si en USA. En mi caso, el “negocio” como coleccionista ha sido ruinoso, porque siempre he estado echándole dinero encima a la colección. También es cierto que ese dinero no lo he gastado, sino que lo he invertido, mi colección no solo mantiene su valor, sino que lo aumenta, eso es una consecuencia de ir refinando y mejorando esa colección. No me he movido nunca por fines económicos, mi pasión es coleccionar y tocar, conseguir y disfrutar las mejores guitarras posibles, mis sueños de juventud. Como digo, por suerte mi vida profesional me ha aportado estabilidad económica y capacidad para ahorrar y conseguir mejores guitarras, y esa inversión es lo que ahora me permite poder dejar mi trabajo y no empezar de cero.  Hay guitarras por las que me han hecho ofertas mareantes que no he vendido por tema sentimental, cualquier coleccionista pasa por eso, y las guitarras tienen su propia personalidad, les coges cariño por lo que son o por lo que representan, por su historia o por lo que han significado en tu vida.

Cual es el mercado que existe para este tipo de producto. ¿Cuál es el perfil del comprador de este tipo de instrumentos con pedigree?

Antes era mayoritariamente guitarristas y coleccionistas, pero este mercado se ha ampliado a gente que ni siquiera sabe tocar la guitarra, que la compran porque es un icono pop representativo de tal o cual músico o banda que idolatran, y además un artículo de lujo o de coleccionismo del cual el dueño presume y exhibe, además de una buena inversión.

Un músico como tal es raro que compre una guitarra de este tipo, ya que para ellos es una herramienta de trabajo. Ese tipo de mercado va más enfocada a personas con una cierta capacidad económica, más o menos solvente dependiendo del segmento de precio en que nos movamos. Hay quien se gasta 6.000 o 14.000 Euros en una guitarra puntualmente porque es el sueño de su vida y consiguen ahorrar el dinero con mucho esfuerzo, y además saben que están haciendo una buena inversión y que pueden recuperar ese dinero en el futuro si lo necesitan. Pero también existe un segmento de clientes que tiene una posición económica muy desahogada y puede permitirse el capricho de ir comprando y coleccionando todas aquellas guitarras que le gustan, sea cual sea el precio, o que directamente tiene un dinero importante que quiere invertir y decide hacerlo en algo que además disfrutan. En ese aspecto es similar a aquellos que coleccionan obras de arte, o coches.

 ¿Cuál es esa joya que tienes en casa que no venderías por nada del mundo y por qué?

La guitarra que nunca vendería es la más barata de mi colección, una Ibanez 540S que compré en un viaje a Miami con mi familia cuando solo tenía 15 años y que me ayudaron a pagar mi padre y mi abuela, con la que aprendí a tocar de verdad y más horas he pasado, y que para mí tiene un valor sentimental incalculable.

Con respecto guitarras “de colección” quizás nunca vendería mi Ibanez JS10Th Joe Satriani Chromeboy. Siempre he idolatrado a Joe Satriani, creo que es la figura que me motivó a adentrarme más en la guitarra eléctrica cuando tenía 14 años, y la Chromeboy era la guitarra que tocaba por entonces Joe.

Esa guitarra salió como edición limitada numerada al mercado en 1998 por unas 400.000 pesetas, yo era un estudiante, no me la podía permitir ni de lejos, era mi sueño. Solía babear cuando la veía en revistas, he llevado una foto de esa guitarra en mi carpeta de estudiante durante años. Finalmente, cuando ya empecé a trabajar, pude ahorrar y conseguir una, que además ya había que buscar en el mercado de coleccionismo. Fue un momento único, era la guitarra de mis sueños adolescentes.  Además, un par de años después tuve la suerte de poder conocer a Joe personalmente, llevarle la guitarra y que la tocase y me la dedicase, otro sueño de juventud hecho realidad y por lo que esa guitarra es muy especial para mí.

Y ¿Cuál esa que te dolió tanto el día que la te desprendiste de ella?

Hay muchas guitarras que echo de menos, quizás una de las que más me ha costado desprenderme sea la ESP Ouija KH2 Neckthru Reverse Inlays, una guitarra icónica para los fans de Metallica, idéntica a la original de Kirk Hammett. Esta era una unidad especial de la Custom Shop de Japón, igual en construcción y detalles a la original de Kirk, muy muy exclusiva. Me costó mucho desprenderme de ella, aunque la tiene un buen amigo. Como suelo decir: no te puedes quedar todas!

Como anécdota, un tiempo después acabe asesorando en la compra de la Ouija original de Kirk, la de vueltas que da la vida.

 Como gran entendido en instrumentos tanto a nivel económico como emocional, está claro que no se puede medir porque depende de cada uno. Pero si tuvieras que poner en un ranking las guitarras más importantes del mundo a tu parecer ¿Cuáles serian?

Todos estos rankings son muy subjetivos, habría que determinar si es por valor potencial de mercado, por relevancia histórica….

En cualquiera de esos rankings siempre van a estar guitarras como la Fender Stratocaster “Blackie” de Eric Clapton, la “Black Strat” de Gilmour, la Red Special de Brian May, la “Frankenstrat” de Van Halen, la Stratocaster Monterrey de Hendrix ( si no la hubiese quemado!) la Telecaster “Micawber” de Keith Richards, la réplica de una 59 Burst de Gibson que Kris Derrig le hizo a Slash y con la que grabó el “Apetite For Destruction”, “Greeny”, la Gibson Les Paul del 59 que fue de Peter Green, Gary Moore y ahora de Kirk Hammett, la Stratocaster del 63 con mástil del 62 de Steve Ray Vaughan, la “Old Black” de Neil Young, la SG Jaydee de Angus Young….. podríamos continuar hasta el infinito y más allá!

Ahora estas en plena exposición. ¿Qué tipo de publico visita tu exposición y qué busca en realidad? ¿Curiosidad, comprar, ver algo diferente?

Bueno, realmente la exposición “ELÉCTRICAS” en el Museo de la Guitarra ya terminó, al final estuvo casi 6 meses, la alargamos porque hubo una gran demanda por parte del público, visitas organizadas de institutos, asociaciones culturales de otras ciudades…. Después hicimos el Homenaje a Juan Valdivia de Héroes del Silencio y ahora mismo están expuestas la Stratocaster original de Juan Valdivia con el que grabó Senderos de Traición y una réplica exacta firmada y tocada por él. Próximamente tenemos planeado hacer una nueva exposición de guitarras eléctricas “icónicas” por así decirlo.

El público que visita estas exposiciones es, mayoritariamente, amantes de la música rock, o de la música en general, y claro, guitarristas, músicos o gente del mundo de la música. Generalmente vienen a ver esas guitarras que conocen a través de sus ídolos, o representativas de cierto tipo de música o banda. Es cierto que a veces en esas visitas, viene alguien entendido en el tema, coleccionista, que se enamora de alguna y te intentan hacer llegar una oferta a través del Museo, aunque no es el motivo principal de la exposición.

 ¿No te has planteado hacer la colección itinerante, exhibirla en diferentes lugares?

Me lo han propuesto varias veces, la última una especia de “Tour” por centros comerciales importantes…. Pero la verdad, es difícil organizarlo, y sufro cuando algunas guitarras tienen que viajar. Salvo que la oferta venga de algún museo o de alguna institución donde de verdad estén acostumbrados a exponer piezas así, con alguien que entienda de su mantenimiento, cuidados, que se haga verdaderamente responsable de los instrumentos, etc, la verdad es que me cuesta enviar las guitarras por ahí, son instrumentos delicados y cualquier golpe o roce pueden ser fatales. Aun yendo aseguradas, el disgusto sería grandísimo, así que el riesgo tiene que merecer realmente la pena.

¿Qué te queda por conseguir, por alcanzar, qué buscas o que buscabas el día que te sumergiste en este mundo de mástiles, clavijas e historia?

Como guitarrista y músico ya tengo más guitarras de las que merezco y de las que había soñado tener en mi vida, sigo disfrutando todas y cada una de las guitarras de mi colección, tocándolas, o simplemente viéndolas. Como coleccionista, una colección nunca está completa y siempre se puede mejorar, ya depende del dinero que tengas disponible para invertir, siempre buscas más y mejores piezas, dejas ir algunas para conseguir otras mejores, y esa que dejas ir es, a su vez, el sueño de alguien, es un proceso que realmente nunca acaba.

Por alcanzar, creo que me queda muchísimo aún, es justo ahora es cuando me voy a empezar a dedicar profesionalmente al mundo de la guitarra, y tengo muchas ideas y proyectos. Me gustaría que SteelEdge Guitars fuese una referencia en el sector de la venta y mediación en guitarras PREMIUM. Quiero dedicarme a ayudar a la gente a conseguir las guitarras de sus sueños. Es muy difícil conseguir ciertas guitarras sin contactos y sin conocimiento del mercado, y además hay muchos vendedores sin escrúpulos, incluso estafadores profesionales que acuden al calor del dinero. Yo quiero ser una referencia de confianza a la que acudir para conseguir esa guitarra soñada de una fuente fiable, con todas las garantías y que, además, sea una buena inversión y no un gasto.

A fin de cuentas, considero que una de las cosas más bonitas e importantes de este mundillo son las personas detrás de las guitarras. Mi actividad como coleccionista me ha permitido conocer y hacer amistad con gente maravillosa por todo el mundo, coleccionistas, artistas, amigos con pasiones comunes…. Al final con muchos entablas una relación personal y una amistad que se mantienen a través de los años, independientemente de las guitarras.

Como solía decir un amigo que siempre nombro, “Las guitarras siempre fueron una excusa”. Una excusa para compartir una pasión por la música y las guitarras con amigos.

 En cierta ocasión Steve Vai nos dijo que amaba tanto sus guitarras que prefería dormir con ellas que con su mujer. A lo que Ana Popovic nos respondió después de contárselo que seguramente era porque no había dormido con una mujer como ella.

¿Te atreverías a decir algo así en casa? ¿Cómo lleva la familia esta pasión?

Conozco a Steve personalmente, y es un gran bromista, aparte de una persona muy inteligente, así que creo que esa afirmación era una broma más que otra cosa. Yo desde luego, prefiero dormir con mi mujer, eso seguro.

En mi vida no hay nada más importante que mi familia, ni siquiera las guitarras. Las guitarras son parte de mi vida, mi mujer ya me conoció con esa pasión (ella tenía 19 y yo 23) y siempre ha sido muy comprensiva con mi hobby, inclusive me apoyó muchísimo cuando decidí dejar el banco y dedicarme plenamente a las guitarras. Nuestros dos hijos, que tienen 12 y casi 10 años, han visto guitarras por casa desde que nacieron, así que para ellos es algo natural, y ya saben que, a partir de ahora, es un trabajo además de una pasión.

Para mí ha sido importante también darles ejemplo dando este salto profesional, dejando un trabajo estable y bien remunerado, pero que no me hacía feliz, sino todo contrario. Enseñarles que es importante seguir al corazón y hacer aquello que te gusta para ser feliz, independientemente del dinero, que claro, también es importante, pero no tiene que ser el motivo principal para elegir una profesión de la que vivir. Eso sí, si vas a hacer algo, hazlo con todas tus fuerzas y poniendo toda tu pasión, has de ser bueno haciendo aquello que amas, y si eres bueno, podrás ganar dinero con ello, seguro. A veces hay que arriesgar y luchar por los sueños.

Para terminar…. Eres a parte de coleccionista, músico. Dame una actuación soñada tuya. ¿Con qué guitarrista tocarías, qué guitarra debería llevar él y cual tu para que fuera perfecto?

Madre mía, que de sueños se me ocurren…..

He fantaseado mucho con situaciones similares, y hace poco hice una realidad, tocar con Juan Valdivia unos temas de Héroes del Silencio, él con la réplica exacta que hicimos para su Homenaje y yo con su guitarra original, con la que grabó el “Senderos de Traición”. Un sueño de adolescente hecho realidad.

Por decir otra que sea realmente un sueño imposible (como digo se me pasan muchos por la cabeza) me encantaría subirme a un escenario con los Guns´N´Roses y tocar con Slash, él con su “Jessica”, su guitarra mítica de directo en la época del Use Your Illusion, y yo con su réplica de la Les Paul del 59 que hizo Chris Derrig, con la que grabó el Apetite For Destruction. Y con Axl dando saltos por ahí.

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