Estilo de baile

Hay toda una gama de estilos de baile típicos en la escena gótica, que a menudo se asocian con sus grupos disidentes. El gótico clásico es básicamente un antibailarín, ya que no hace hincapié en los movimientos rítmicos ni en las secuencias de baile, sino que a menudo se limita a arrastrar los pies por la pista y a acompañar la melodía de la canción con movimientos místicos de los brazos. El clásico

"baile del sepulturero", que rara vez se practica hoy en día, data de los años 80 y puede explicarse de la forma más sencilla con la siguiente secuencia de movimientos: En una posición encorvada o inclinada hacia delante, el gótico da tres pasos hacia delante, hace una profunda reverencia y vuelve a dar los mismos tres pasos hacia atrás. La reverencia profunda se describió en su día como un "sepulturero cavando una tumba". De ahí viene el nombre del baile.


El neorromántico es el bailarín de pista, ya que su baile recuerda mucho a los bailes o danzas en los antiguos castillos y palacios de la época del Renacimiento. Sobre todo, se balancean las enormes faldas, se doblan las rodillas y los brazos acarician el aire que rodea al bailarín.


Con la EBM vuelve a ser rítmica y a menudo marcial, ya que a menudo se pisa fuerte o se marcha al ritmo de la música. Los brazos siguen movimientos precisos y bruscos y siempre están orientados al ritmo de la música. Los EBMers suelen tener pasión por el pogo, que en realidad tiene su origen en la escena punk. Les gusta empujarse de izquierda a derecha durante canciones muy rápidas y agresivas, pero sin ninguna intención maliciosa.


El cibergótico es el más entrenado de todos los bailarines, porque su "baile industrial", que nada tiene que ver con el género musical del mismo nombre, es una compleja y ensayada secuencia de movimientos que ocupa mucho espacio en cada pista de baile. Lo que a ojos ajenos parece el balanceo descontrolado de brazos y piernas es en realidad una coreografía ensayada que a menudo se ejecuta en sincronía con otros bailarines. Esto puede haber hecho que el ciber caiga en desgracia en las pistas de baile góticas, ya que este baile no encaja con la actitud de los góticos que quieren arrastrar los pies o entregarse a la paz y la tranquilidad.