Gótica

Todo empezó con la música. En la Alemania de finales de los 70 y principios de los 80, fueron Robert Smith y Siouxsie Sioux, Depeche Mode y Anne Clark, entre otros, quienes introdujeron la oscuridad en el reino del sonido. Sonidos fríos, ropa negra, maquillaje oscuro, pintalabios manchado y pelo despeinado. A ello se sumaban letras a veces estrambóticas, llenas de melancolía y horror. El mundo supuestamente ideal que hasta entonces habían representado en el escenario y en la vida cotidiana se ponía patas arriba. El post-punk y la new wave se caracterizan por la frialdad, el minimalismo, el cansancio del mundo, la oscuridad y la amenaza.

Una bendición para muchos jóvenes que vieron reflejados sus sentimientos en esta música de la época. La guerra fría hacía estragos entre las superpotencias, la destrucción del medio ambiente era un tema importante y las noticias hablaban oficialmente de una inminente guerra nuclear. No todos los que en aquella época se movían al son de la música gótica en oscuros sótanos tenían en mente una ideología o una rebelión abierta. Muchos jóvenes simplemente querían ser diferentes o emular a sus ídolos musicales. Para otros, la escena era una protesta negra, silenciosa y triste. Aunque los orígenes de la escena negra se encuentran en el post-punk inglés, la subcultura no cuajó en Alemania hasta principios de los años ochenta. Y esto fue así tanto en la RFA como en la RDA. En la RDA, los llamados ghouls o darks estaban estrechamente vigilados por la seguridad del Estado. Sin embargo, Robert Smith de The Cure era un héroe estilístico y musical para la subcultura negra del Estado obrero y campesino, cuyo atuendo la gente quería imitar.

Los trajes oscuros eran el polo opuesto de la colorida moda de los 80 y, por tanto, también la expresión de una contracultura que rechazaba los omnipresentes colores de neón. En consonancia con los rostros pálidos y el delineado oscuro, había empresas como Bogey's que anunciaban moda oscura en revistas juveniles.

Pantalones de campana, zapatos góticos puntiagudos, tops anchos para los wavers, camisas con volantes, purpurina y seda para los New Romantics, que jugaban con la difuminación de géneros y emulaban a artistas como Visage o Boy George de Culture Club. Ya entonces, la subcultura se componía de varios movimientos, como los góticos pálidos de negro vaporoso, los wavers cool, los New Romantics de colores melancólicos y los EBMers de atuendos militantes, cuyas bandas incorporaban influencias de la ruidosa música industrial.

Como todo eso no se podía comprar en la RDA, aquí la gente se puso ingeniosa. La ropa de los sacerdotes y, sobre todo, las camisetas negras de los árbitros tenían que servir como atuendos negros después de dedicarse al trabajo manual.

Los trajes y el estilo góticos se inspiran, entre otras cosas, en la literatura gótica. Oscura, misteriosa, antigua, opresiva, aterradora: éstas eran las características de la llamada literatura gótica de finales del siglo XVIII en Inglaterra. La prensa musical pensó que era un término adecuado y en algún momento inventó el término rock gótico, del que derivó el término escena gótica. Películas, series y cómics también configuraron la imagen de la escena negra.

Naturalmente, estos jóvenes estrafalarios asustaban a la sociedad. Concienciaban sobre la muerte y el mal, ponían patas arriba las normas sociales, rompían tabúes y provocaban a la gente con su aspecto. Rápidamente se contaron historias de rituales oscuros, profanación de tumbas, satanismo y ocultismo. La escena no refutó estos prejuicios, porque quería mantener las distancias con la sociedad normal y no le vendría mal que los "normales" mantuvieran las suyas por miedo. Además, muchos símbolos cristianos y ocultistas no sólo eran maravillosamente misteriosos, sino también ideales para hacer una declaración. Sin embargo, a diferencia del punk o los hippies, la escena negra no quería cambios políticos, sino paz y tranquilidad. No eran ni la política ni la religión lo que unía a esta escena, sino la música y la sensación de oscuridad. Los hijos de la noche querían estar entre los suyos, escuchar su música y no tener que dar explicaciones.

Lo que muchos padres consideraron una "fase" para sus hijos en los años 80 se ha convertido en un estilo de vida. Quienes formaron parte de él entonces, a menudo siguen siéndolo hoy. Cada nueva generación trajo consigo las influencias musicales y visuales de su época. Hoy existen numerosos festivales góticos, fiestas góticas y una escena que une a todos los grupos de edad y una amplia gama de estilos musicales. Como todas las subculturas, la escena gótica lucha contra la comercialización y su autenticidad. Sin embargo, aún hoy sigue siendo reservada y defensiva, centrándose en sí misma.