En los últimos años, ha habido innumerables tendencias que se han etiquetado a sí mismas como "góticas" sin dar realmente el salto a la subcultura. Simplemente se prueban cosas. En el centro de tales fenómenos está siempre internet como gigantesco multiplicador y catalizador, que puede dar a conocer las tendencias en todo el mundo en cuestión de días, o destruirlas sin piedad en una corta y violenta tormenta de mierda. La mayoría de las tendencias góticas desaparecen en el abismo del olvido, pero algunas dejan su huella en la memoria cultural de la escena. Cuál de estas tendencias podría ser el próximo gran éxito?
Health Goth: No tiene nada que ver con la salud, sino con un estilo de vida deportivo y lujoso de ricos fashionistas. Zapatillas deportivas Porsche, accesorios deportivos negros superfluos, partes del cuerpo biónicas y prótesis se recopilaron en una página de fans de Facebook que fue recogida por una revista femenina francesa y arrastrada a la luz del día. El estilo health goth había nacido y -antes de que pudiera extenderse- ya se había acabado.
Hippie Goth: el apóstol de la naturaleza entre los góticos es un declarado amante de las plantas y los animales, fan de una religión natural, al menos vegetariano y calza sandalias health negras con una falda de lino de color negro. Una rama condenada al fracaso porque la salud, la nutrición y la naturaleza no son temas predominantes en la escena gótica.
Fetiche gótico: con una pelota de goma en la boca y una correa de perro en el cuello, el fetiche gótico es realizado por la pareja. El BDSM no es sólo teoría dolorosa para este tipo, sino terapia ocupacional nocturna. Los pijamas de goma proporcionan la tensión perfecta. En la escena gótica, hay un acuerdo casi unánime en todas las subescenas: gótico fetichista, ¡vete a casa! La vida sexual de los góticos no se refleja en sus atuendos. Y, en general, a la gente no le gusta el exhibicionismo en el underground oscuro.
Geek Goth: es el empollón entre los góticos, que lo sabe todo sobre cosas científicas, técnicas y paranormales. Star Trek y la cultura pop son imprescindibles y tiene más tecnología en sus estanterías negras que la tienda de electrónica de la esquina. No es sólo una tendencia, sino una rama gótica con futuro, porque el progreso tecnológico, la ciencia ficción y la cultura pop encajan perfectamente en su escena. Larga vida y prosperidad!
Bubble Goth: la cantante Kerli Koiv, que dice que hace lo bello espeluznante y lo espeluznante bello, es considerada la fundadora de la tendencia bubble goth. Aunque ella se considera gótica, su música destila el encanto del chicle de frambuesa. Sus fans adoran su bubble goth y muestran su lealtad al movimiento con tres puntos en la frente.
Emo Goth: los Emos no forman parte de la escena gótica. Tienen un origen diferente. Los emos dan rienda suelta a sus sentimientos y se muestran tristes y deprimidos. Ese es el único denominador común que se puede construir. Aparte de eso, no parecen góticos, no sienten como góticos y se les sigue llamando así. Triste!
Gótico comercial: Este gótico nunca ha oído hablar de un movimiento de bricolaje y es completamente incapaz de armar su propio estilo. Confía en las sugerencias de atuendos de las grandes marcas que sugieren afiliación subcultural sin tener que recorrer el duro camino del gusto propio. Lo hubo, lo hay y ¡siempre lo habrá!
Gothabilly: una tendencia musical y vestimentaria muy seria procedente de Estados Unidos que intenta interpretar las novelas góticas, las películas de terror y las splatter. De hecho, las tira literalmente por el cacao. El gothabilly parece un Elvis Presley sacado de la tumba y disfrazado de cadáver andante con un atuendo gótico.
Vampire Goth: desde que se pueden implantar colmillos en la boca de forma engañosamente real, el vampire goth está en auge. Por todas partes, unos incisivos alargados se asoman tras unos labios rojos como la sangre a sus próximas víctimas. La culpa es de Anne Rice, que implantó a Lestat y Louis en la conciencia gótica. Y los dentistas también tienen la culpa, porque participan alegremente. ¡No lo intentes en casa, niño gótico!
